La secadora es uno de los electrodomésticos que más protagonismo cobra en el invierno y esa misma importancia es la que tiene mantenerla sin fallas.
Es por eso que te traemos los 6 problemas más comunes que pueden tener las secadoras de ropa y cómo solucionarlos.
Qué podría ser más contrario al objetivo de una secadora que tener que sacar la ropa húmeda de ésta. Existen varios motivos por los que se puede presentar esta falla. Lo primero que debes verificar es haber escogido correctamente el programa de secado de acuerdo al tipo y cantidad de ropa que hayas cargado en ella.
Otro factor, quizá impensado para muchos, por el que la ropa puede tardar más tiempo en secarse es usar mucho suavizante. Cuida no usar de más, ya que este producto puede obstruir los sensores de humedad, dañar la secadora y no dejar tu ropa seca.
Por último, si todo esto no funciona, mezcla ropa de diferentes tamaños y al terminar el ciclo de secado saca en seguida la ropa, ya que la humedad condensada dentro del tambor podría volver a humedecerla.
Poner prendas de diferentes tamaños ayudará a ser más eficiente el proceso de secado debido a que se permite un mejor movimiento de estas dentro del tambor. De esta manera, se facilita más el flujo de aire caliente entre la ropa.
A veces, puede que notes que el programa de secado se extienda más allá de lo que configures en tu equipo, y para esta falla existen varias causas.
La primera es que haya una obstrucción en el filtro de pelusas o en el conducto de evacuación. Recuerda que la secadora necesita sacar el vapor de la ropa que está en el tambor.
También se produce este problema cuando hay demasiada humedad en el ambiente. Por esta razón es bueno considerar que la secadora debe estar en un lugar adecuado, con buena ventilación.
Por último un tip: puedes poner pelotas de lana de oveja dentro de la secadora cuando la vayas a usar para ahorrar tiempo y energía. Estas ayudan a que el flujo de aire se mueva con mayor eficiencia y permiten reducir el tiempo de secado en hasta un 40%.
Esta falla es más común de lo que crees y se puede deber a varias razones, como las que te exponemos a continuación:
A veces, pequeños objetos como monedas o botones, caen de los bolsillos en la secadora y podrían producir que deje de girar.
Para solucionarlo, desenchufa la secadora, saca la ropa y observa el interior para descartar que cualquier objeto pueda estar causando el problema.
Usa una linterna para buscar en el interior del tambor y extrae el objeto si es posible. Recuerda siempre vaciar los bolsillos de tu ropa antes de lavarla y, por supuesto, secarla.
La correa es una gran banda de goma gruesa y elástica que va alrededor del tambor en su centro.
Está controlada por un motor que le permite hacer girar el tambor. Si la correa se desgasta o se corta debe ser reemplazada por un profesional, ya que como vimos, es fundamental para el correcto funcionamiento de tu secadora.
Otro motivo por el que tu secadora no gira puede ser el motor. Éste podría quemarse o romperse a consecuencia de los daños causados por un objeto que bloquea la rotación del tambor, tal como puede ocurrir con las centrífugas de ropa.
Si el motor se quema, la secadora no gira. Esta es también una situación de reparación profesional.
Un buen uso de la secadora de ropa implica la revisión periódica del filtro atrapa pelusas y fibras que se liberan durante el secado. Si está sucio, consumirá mucha más energía y no será eficiente.
Limpiarlo es muy simple y debes hacerlo cada vez que termine el ciclo de secado. Debes sacarlo y eliminar todas las pelusas. Si está muy sucio puedes usar un cepillo de dientes suave, siempre procurando no hacer mucha presión.
Pro tip: limpia la cavidad de recolección (espacio detrás del filtro de pelusas de la secadora) con una aspiradora y elimina todas los restos que se escapan del filtro.
Los sensores de humedad pueden ubicarse en distintas partes de la secadora de acuerdo a la marca y modelo. Por lo general, las puedes encontrar como dos barras al lado del filtro de pelusas.
Estos componentes, tal como indica su nombre, permiten medir la humedad de nuestra ropa para ajustar así la duración del ciclo de secado de manera que se garantice así un mayor ahorro y eficiencia energética.
Los sensores de humedad son piezas de acero inoxidable, que debido a la procedencia montañosa y llena de minerales de nuestra agua potable, pueden llenarse de cal o sarro tal como sucede con los hervidores de agua.
Para limpiarlos, puedes usar una mezcla de agua con un poco de vinagre, no uses nunca productos abrasivos ni estropajos de acero.